La marca, junto con la razón social y con el nombre de dominio de la empresa, identifica un producto o un servicio determinado y confiere derechos de exclusiva a quien la registra permitiéndole prohibir a terceros la utilización de signos confundibles para productos idénticos o similares. El consumidor identifica el producto o el servicio y su proveniencia a través de la marca y, por lo tanto, proteger los signos distintivos utilizados por parte de la propia empresa es de primaria importancia para consolidar una imagen fuerte y perdurable en el mercado.